lunes, 22 de junio de 2009

UN CANTO AL AMOR













De nuevo me encuentro aquí frente a un papel en blanco, sin saber muy bien qué escribir.
Ésta vez es diferente a todas, ni siquiera sé qué frases componer;
ni mucho menos si seré capaz de finalizarlo.
Hoy quiero hablaros del Amor y de lo que para mí significa ésta pequeña y, a la vez, gran palabra.
Normalmente cuando escuchamos “Amor”, enseguida asociamos otras palabras como: cariño, dulzura, pasión, miedo, sufrimiento…
pero lo primero que nos viene a la mente es: “Felicidad”.
Yo no creo que el Amor sea simplemente Felicidad.
Cuando oigo “Amor” lo único que me viene a la mente son las palabras: respeto, confianza y fidelidad.
Cuando confías en alguien hasta el punto de contarle tus más íntimos secretos o sentimientos;
cuando estás a su lado respetando sus gustos y opiniones, e incluso llegando a comprenderlas aunque no las compartas.
Al sentir que estando a su lado no necesitas nada más para sentirte bien
y que una mirada suya hará que te sientas segura y no te de miedo ser tú misma….
Eso, es el amor.
El cariño, las palabras dulces, las peleas, los momentos de felicidad absoluta e incluso el sexo, son sólo complementos;
importantes, si, pero al fin y al cabo, complementos.
Amar a alguien no sólo es entregarse por completo si no compartir lo tuyo y enriquecerte con lo de la otra persona.
Y es ahora, con el tiempo corriendo a nuestro a favor, cuando puedo volver a decir sin miedo a equivocarme que Le Amo.
Sé que no necesito a nadie más cuando está a mi lado y que su sola compañía hace que me sienta plena.
Por primera vez me siento bien conmigo misma
y todo gracias a Él.
Si os digo que es la única persona que me conoce realmente y el primer hombre en quien he confiado plenamente, sin ni tan siquiera dudarlo un instante,
creo que os lo diría todo…
Él hace que no tenga dudas sobre mis sentimientos;
que cierre los ojos y me sienta bien y sobre todo, que al abrirlos y enfrentarme a la realidad, siga sintiéndome igual.
Porque al amarle, pongo mi vida en sus manos
sucumbo a la dulzura de sus besos
y al calor de sus caricias.
Tiemblo imaginando nuestros cuerpos enlazados
sin más ropa que su amor y el mío.
Sobran las palabras,
nuestras manos y miradas usan un lenguaje mudo.
Nos amamos y eso basta
abrazados nos dormimos y así mismo,
despertamos.
Nunca olvidaré que el Amor lo descubrí
al lado de la persona perfecta….
A su lado.

Miren.